Recuerdo la tarde en que cobré mi primer cheque por hacer mi primer trabajo de manera individual, había sido algo simple: Hacer ilustraciones para una serie de productos inflables para niños (flotadores, donas, etc.), para una empresa (KAI) que en México contaba o cuenta con las licencias para usar las figuras de Disney, sin embargo, esta misma empresa se encargaba de sacar al mismo tiempo una línea “económica” que pudiese ser vendida a precios muy bajos en balnearios utilizando para ello los materiales sobrantes de su línea de lujo (la de Disney)
En esa línea entraron mis ilustraciones, y de mis ideas tres fueron fabricadas, eso si, a pesar de que yo las presente con ciertos colores y un trazado con cierto nivel de detalle, ninguno de estos fueron enteramente respetados, en cuanto a colores usaron como dije anteriormente los que les sobraban y el trazado de los dibujos desmeritaba bastante lo que yo presenté originalmente.
Lo de los colores lo pude entender, pues había que utilizar sus sobrantes, lo cual era justamente por lo resultaban económicos en comparación de los perfectamente coloreados y de trazado impecable de Disney, pero el trazado mal hecho que hicieron de mis propuestas me dejó un mal sabor ¿Acaso por ser una línea económica debían hacerlo con las patas?
En fin, como sea, yo daba mis primeros pasos en el mundo laboral y tener algo poner en mi currículo era lo principal (aunque el cheque fue igualmente bien recibido)
Varios años pasaron ya de esa experiencia, sin embargo, un nuevo “pago” (por así llamarle) se presentó hace algunos meses, cuando al ver la final en televisión de un programa llamado “bailando por un sueño” el ganador absoluto, un luchador conocido como Latinlover recibió como premio un viaje a alguna playa, por lo cual su hijo pequeño apareció en pantalla llevando puestos unos flotadores y ¡oh sorpresa! Eran precisamente aquellos que yo dibujé en mi primer trabajo. Ese simple detalle me emocionó.
Los colores seguían siendo chafas y el trazado miserable, pero en tele se veían de lujo.
¡Púdrete Micky Mouse!
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